
¿Cómo elegir su primer vaporizador de CBD?
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Tiempo de lectura 4 min
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CONTENIDO
Quiere probar vaporización de CBD pero ¿no sabes por dónde empezar? Con todos los formatos, dosis y sabores diferentes, es fácil perderse. Mama te explica todo lo que necesitas saber para tomar la decisión correcta.
La primera pregunta que debes hacerte es: ¿qué formato de vapeo es el adecuado para mí? En función de tu experiencia, tu hábito de fumar y tu presupuesto, Mama te recomendará el formato que te hará la vida más fácil.
Si estás empezando, ésta es claramente la más fácil. Este pequeño vaporizador CBD está listo para usar: lo sacas de la caja y ya puedes empezar a vapear. No hace falta rellenar nada ni rellenarlo si se trata de una versión desechable. Perfecto para experimentar suavemente, sin compromiso.
Cuando estés seguro de que te gusta el vaporizador de CBD, puedes cambiar a un bolígrafo recargable. Rellena tus propios cartuchos de CBD con el e-líquido de tu elección, lo que te permite variar las dosis y los sabores. Tendrás que acordarte de recargar la batería y mantener el equipo, pero sigue siendo sencillo y práctico.
¿Quizás ya usas un cigarrillo electrónico para otra cosa? Puedes simplemente añadirle un e-líquido de CBD. Es práctico si ya sabes lo básico, sólo asegúrate de que tu equipo es adecuado, porque el CBD no necesita un vapeo demasiado potente.
Fumar CBD no tiene nada que ver con la nicotina. Aquí no se busca un "golpe" fuerte, sino una sensación de bienestar. Y para eso, lo mejor es tomarlo de forma gradual.
Los e-líquidos de CBD indican su concentración en mg: 100 mg, 300 mg, 500 mg, a veces incluso hasta 1.000 mg o más. Esto corresponde a la cantidad de CBD presente en toda la botella.
Una dosis de 100 a 300 mg es suficiente para obtener efectos leves, ideales para tranquilizarse, reducir el estrés leve o dormir mejor. Las dosis más elevadas se reservan para los consumidores habituales o para efectos más intensos.
No pienses que un e-líquido de 1000mg va a hacer que te relajes más rápido. Puede que te sientas mareado, tosas o toleres mal el producto. Mamá te lo dice: es mejor experimentar un efecto gradual que precipitarse.
Empieza siempre con unas caladas pequeñas, espera unos minutos y, si es necesario, ajusta la dosis. Tu cuerpo te dirá cuándo es suficiente.
Vapear CBD no es sólo cuestión de equipamiento. También se trata de divertirse. Así que elige tu sabor con cuidado, adapta la potencia de tu vapeo y sabe qué esperar en cuanto a efectos.
Hay e-líquidos con aroma natural de cáñamo, pero también muchos otros sabores como frutos rojos, menta, cítricos, caramelo, etc. Si no te gusta el amargor del cáñamo, opta por un sabor más indulgente. Si tienes curiosidad, empieza con una mezcla (por ejemplo, cáñamo + fruta) para no desanimarte.
No necesitas 50 vatios para disfrutar del CBD. Un vape entre 10 y 20 vatios es más que suficiente. Si subes demasiado, corres el riesgo de quemar el líquido y alterar los efectos.
Utiliza una resistencia de entre 1 y 1,5 ohmios para un vapeo suave y de combustión lenta.
Al vaporizar, el CBD pasa directamente a los pulmones. El efecto puede sentirse en 5 o 10 minutos, pero no dura tanto como con la aplicación cutánea u otros métodos de consumo. Planea vaporizar de vez en cuando para mantener la sensación.
Limpia regularmente la boquilla de tu vaporizador de CBD con un paño seco. Recuerda cambiar la resistencia cada dos o tres semanas, o en cuanto el sabor se vuelva soso o quemado.
Para su e-líquido, guárdelo en un armario alejado del calor y la luz. Cierre bien la botella después de usarla y no olvide anotar la fecha de apertura. Un buen e-líquido, bien almacenado, puede conservarse de 6 a 12 meses sin preocupaciones.
Y recuerda, ¡es mejor tener un vape bien mantenido con un buen e-líquido que una fábrica de gas que huele a humo!