
¿Qué es exactamente una flor de CBD?
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Tiempo de lectura 3 min
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CONTENIDO
Probablemente hayas oído hablar de flores de CBD e incluso puede que las hayas probado, pero ¿sabes realmente lo que son? Si no es así, estás en la página adecuada, porque aquí te lo voy a explicar con todo detalle. Venga, ¡sigue a la Mamá!
Empecemos por lo básico. Una flor de CBD es la parte superior y más noble de la planta hembra de cáñamo. Es la parte que crece lentamente, absorbe el sol (o la luz artificial) y concentra todos los compuestos interesantes: el famoso cannabidiol, también abreviado CBD. Esta flor también contiene terpenos, flavonoides y otros cannabinoides como el CBG y el CBC.
Así que no, no es cannabis clásico. Una flor de CBD no te colocará. Contiene menos de un 0,3% de THC, la molécula psicotrópica del cannabis. Por eso es legal en la mayoría de los países europeos.
Al final, es casi como una flor de cannabis. Tienes el sabor, el aroma y el efecto relajante, pero sin el viaje. Por eso el CBD tiene un público más amplio. Es más suave, más estable y más controlable.
Así que, ahora que ya sabes cómo se cultiva, veamos cómo detectar una flor que merezca tu atención. Te guiaré a través de los puntos que debes comprobar a la hora de elegir una buena flor CBD.
Una buena flor está bien cuidada y no tiene hojas ni semillas. Es compacta, resinosa y su color puede variar del verde claro al oscuro, a veces con reflejos anaranjados o violáceos, según la variedad.
Una buena flor tiene un aroma fuerte. Tiene una firma olfativa que atrapa la nariz enseguida. Desde afrutado, amaderado y alimonado hasta especiado, hay para todos los gustos, dependiendo de la variedad. Si el olor no es agradable, es señal de un mal producto.
Si la flor está demasiado seca, se desmenuza como el polvo. Si está demasiado húmeda, corre el riesgo de enmohecerse. Lo ideal es que sea ligeramente pegajosa al tacto, señal de terpenos de calidad y de una flor resinosa.
Si resulta insípida, amarga o picante para la garganta, es porque la flor no se ha refinado correctamente o tiene demasiados residuos. Se trata, por tanto, de un producto de mala calidad.
Un proveedor de confianza como Mama Kana muestra claramente el contenido de CBD y, sobre todo, el de THC (que debe ser inferior al 0,3%). Lo ideal sería incluso tener acceso a los certificados de análisis de laboratorio, que son una auténtica garantía de seriedad.
No todas las flores crecen en el mismo lugar, pero lo que cuenta es la trazabilidad. Si el vendedor no puede decirte de dónde viene, cómo se cultiva o el nivel exacto de cannabinoides... piérdete.
Y luego está la forma en que se ha cultivado la planta. ¿Orgánica o no? ¿Pesticidas o no? ¿Respetuoso con el mundo vivo o simplemente industrial? También en este caso, confíe en los pequeños productores serios que dicen la verdad y muestran lo que hacen.
Así que la próxima vez que abras una bolsita, recuerda lo que te dijo la Mamá: mira, huele y toca, y si la flor te habla, ¡te hará bien!