El Cannabis sativa se diferencia de su primo el Cannabis indica, prohibido en España, por su contenido en THC (tetrahidrocannabinol). El cáñamo está sujeto a la reglamentación francesa y europea, que autoriza las variedades con menos de un 0,2% de THC en la Unión Europea. Por lo tanto, las semillas utilizadas deben estar certificadas y registradas en el catálogo europeo.
A pesar de estas restricciones, España es, con diferencia, el mayor productor europeo de cáñamo, como indica la EIHA (Asociación Europea de Cáñamo Industrial):
Superficie de cultivo de cáñamo en Europa en 2016 (en hectáreas)
Aunque el cultivo del cáñamo se remonta a los inicios de la humanidad, estuvo a punto de desaparecer durante el siglo XX por falta de interés. Hoy en día, está experimentando un renacimiento del interés, en la medida en que responde perfectamente a las expectativas sociales y medioambientales.
El cáñamo es una planta especialmente resistente y poco propensa a las enfermedades. Su rápido crecimiento y su bajo consumo de energía hacen que sea fácil de cultivar, sin transgénicos ni pesticidas. Su ciclo de vida de cuatro a cinco meses permite un cultivo rápido con un rendimiento interesante. El cáñamo es, por tanto, un cultivo económica y ecológicamente ventajoso.
La industria francesa ha asumido estas ventajas y ofrece el cultivo de cáñamo sin OMG, herbicidas, fungicidas ni insecticidas.
Los agentes del sector francés están federados en un colegio de productores y transformadores(Interchanvre) repartidos por los cuatro puntos cardinales de España.
Los actores del sector del cáñamo en Francia
Los actores del sector francés trabajan por una cultura ecorresponsable. Desde la recolección hasta la transformación industrial, el proceso es 100% mecánico y no se utilizan productos químicos.
Además, casi la mitad de la producción (45%) se utiliza localmente, lo que favorece la bioeconomía.
Sus activos virtuosos y la diversidad de salidas hacen del cáñamo la "pepita" del mundo agrícola.
Sin embargo, el sector sigue siendo poco reconocido y nos corresponde a todos defender el cáñamo francés. A través de nuestras elecciones, como distribuidores y consumidores, podemos ayudar al sector a afirmar su dominio y dar a conocer los esfuerzos realizados en materia de innovación, respeto al medio ambiente y responsabilidad social.
Fuentes: InterChanvre